Comidas y repostería bajas en carbohidratos para quedarse en casa
Ya que la enfermedad causada por el coronavirus, el COVID-19, tiene una tasa de mortalidad mayor entre las personas que son de más edad, tienen diabetes, hipertensión o enfermedades cardiovasculares, es importante mantenerse lo más sano posible durante estos momentos. Si trabajas desde casa, es mejor usar lo que ya tienes a mano en vez de salir a comprar.
No hace falta que todas las comidas sean gourmet, pero han de ser nutritivas. Aquí tienes nuestras ideas para comer de forma rica y sana con alimentos que puedes encontrar fácilmente o que quizás ya tengas.
Sácale provecho al congelador
Los nutrientes de los alimentos no se ven afectados al congelarlos, y proporcionan tanta nutrición como los alimentos frescos. Además de congelar alimentos crudos, el congelador es el lugar perfecto para guardar comidas ya preparadas para comértelas más tarde.
Ya te haya sobrado comida suficiente para congelarla o cocines tandas grandes a propósito, tener comidas preparadas esperando en el congelador es un regalo que tú yo del futuro sin duda disfrutará.
Cuando prepares las comidas, prioriza la proteína. Incluso si usas verduras en una ensalada, asegúrate de añadir huevos duros, tocino, queso, etc. para consumir la proteína adecuada. Siempre es buena idea abastecer el refrigerador cuando encuentras comida en oferta, sobre todo carne. La carne asada, molida, las salchichas, los mariscos y el pollo se pueden congelar bien y guardarse hasta tres meses. Hay carnes con una vida útil muy larga, como la carne de pollo y el jamón enlatados. También puedes encontrar diferentes tipos de carne seca o biltong. Hay carne curada y seca de vacuno, de cerdo, de búfalo, de venado e incluso de salmón. La carne molida de res, de cerdo, de pavo y de cordero son carnes muy versátiles que se descongelan bien tanto si se congelan crudas o como cocinadas. Una buena idea es poner la carne molida en una bolsa de plástico antes de congelarla y aplanarla con las manos hasta que tenga un grosor de 1,5 cm (0,5”). Así se descongela muy rápidamente a temperatura ambiente o incluso en un tazón de agua fría. El pescado es el producto estrella del congelador. Se pueden comprar pescados y mariscos de todo tipo congelados para preparar comidas rápidas y deliciosas. Deja que se descongelen completamente en el refrigerador antes de cocinarlo. El atún, el salmón, el cangrejo, la caballa y los mejillones en lata también van genial para las ensaladas. Añade un buen chorro de aceite y vinagre y tendrás una comida simple y saciante. Los huevos son unos de los alimentos naturales con más densidad de nutrientes y ricos en proteínas y grasas. Prácticamente, el único nutriente que les falta es vitamina C. Además, están riquísimos, son baratos y hay montones de opciones para cocinarlos. Los huevos se pueden refrigerar hasta cinco semanas y pueden congelarse para que duren aun más tiempo. Para congelar los huevos, rómpelos en un molde de muffins o en una bandeja para hacer hielos y colócalos en el congelador. Cuando estén congelados, envuélvelos bien en plástico y guárdalos en una bolsa hermética de congelador. También se pueden separar las yemas y las claras y después congelarlas usando el mismo método. Los huevos congelados se pueden comer hasta un año después. Ya que cada miembro de la familia tiene distintos gustos, puedes probar a hacer un bufet de omelet con las distintas verduras picadas y preparadas. Deja que cada persona decida qué combinación quiere usar para crear una riquísima y única omelet. Es también una forma genial de usar las sobras de la carne, como el pollo de los tacos y las fajitas, carne de res, tocino, salchichas de desayuno, bistecs o carne asada.
Proteína
Carne molida
Pescado
Huevos
Omeletes y frittatas
Algunas verduras no se puede mantener tanto tiempo en el refrigerador como otras. Las verduras y frutas que contienen mucha agua no se congelan muy bien. Entre ellas están las lechugas, las espinacas crudas, los pepinos, los aguacates y los tomates frescos. Guarda las verduras que se pueden almacenar durante más tiempo, como el repollo, las cebollas o las calabazas espaguetis para otras comidas. Prueba a congelar las verduras que no quieras usar de inmediato. Dales un escaldado rápido para prepararlas para la congelación. Es mejor congelar algunas verduras después de cocinarlas, por ejemplo las calabazas, los tomates, la coliflor y las espinacas. Muchos de nuestros platos principales se sirven con una ensalada fresca como guarnición, pero las verduras de hoja verde no se mantienen frescas durante mucho tiempo, así que usa verduras más duraderas como col rizada desmenuzada, repollo, brócoli o coliflor, pues se mantienen frescas durante mucho tiempo. Como siempre, no te olvides de añadir grasas saludables como aderezos con grasa, salsas con crema, mayonesa o aceite de oliva a tus comidas para conseguir más saciedad y sabor. Hay muchas opciones riquísimas de grasas con una gran vida útil como el aceite de oliva, el aceite de aguacate, el ghee, el aceite de coco y la grasa animal. Si tienes grasas de frutos secos, como el aceite de nueces o el aceite de macadamia, quedan de maravilla al echarlas a la ensalada. Además, si cocinas tocino, no te olvides que puedes derretir la grasa para un uso posterior, como por ejemplo freír algunas verduras. La forma más sencilla de derretir la grasa del tocino es hornear el tocino en una bandeja de horno grande. Cuando el tocino esté listo, retíralo de la bandeja. Deja que la grasa se enfríe durante 15-20 minutos y después vértela a un tarro de cristal de boca ancha. La grasa de tocino debería estar lo suficientemente fría para que no queme, pero aún líquida. Las partes sólidas deberían quedarse pegadas a la bandeja y la grasa limpia drenarse fácilmente al tarro. Una vez que está en el frasco, puedes conservarla en la heladera o a temperatura ambiente. Otra idea es usar hierbas frescas para hacer mantequilla saborizada. Si no has hecho tu propia mezcla de mantequilla, es hora de que sepas que es una autentica delicia. Puedes combinar sabores mediterráneos como ajo, romero, orégano y albahaca para crear una mezcla de mantequilla que irá de maravilla con prácticamente cualquier alimento. Te quedarás sin habla cuando descubras el sabor que le da a los huevos, ya sean revueltos o hervidos. Una buena porción sobre el pollo asado o un bistec será toda una sensación para tus papilas gustativas. Y es muy sencillo. Suaviza la mantequilla, mézclala con tus hierbas favoritas, déjala reposar a temperatura ambiente durante una hora y después refrigérala. Ya que son hierbas secas, hay que ser paciente y darle a la grasa de la mantequilla tiempo para absorber los sabores de las hierbas. La mantequilla se mantiene fresca durante un largo tiempo incluso a temperatura ambiente, pero si quieres mantenerla fresca durante meses, guárdala en el refrigerador o en trozos del tamaño de cubitos en el congelador. Si lo guardas de forma adecuada en el refrigerador, un paquete sin abrir de queso puede durar hasta cuatro meses, sobre todo los quesos añejos como el parmesano. Un paquete abierto puede mantenerse fresco en el refrigerador durante unas seis semanas. El queso mozarella, el chéddar, el Gouda, etc. también pueden guardarse en el refrigerador. Puedes puede rallarlos (perfecto para una pizza keto) o hacer rodajas para tener porciones fáciles de usar. Envuélvelo en papel de horno y después guárdalo en bolsas herméticas para congelar. Etiquétalos con la fecha y consúmelos hasta dos o tres meses después. También se puede congelar el queso crema, pero tendrá una textura granulada al descongelarlo. Se puede congelar cualquier tipo de crema, incluso la crema para batir. Tan solo tienes que agitarla bien antes de congelarla y evitar que la grasa se separe del líquido. Cuando esté descongelada, vuelve a agitarla bien antes de usarla. Aunque la crema agria también se puede congelar, al igual que el queso crema puede tener una textura granulada. Al descongelarla es mejor usarla como ingrediente en recetas en las que se cocina con crema, como en cazuelas y sopas. Ahora es el momento de sacarle partido a tu estante de especias. Puedes sacar las especias más antiguas y usar tus favoritas para añadir ricos sabores. El tomillo es una hierba suave perfecta para los huevos, el pollo y las sopas. El tomillo también va genial para el calabacín salteado y para platos de verduras con limón asado. Otra especia a la que no se le da el suficiente valor es el pimentón ahumado. Le da un toque de color y sabor a todo lo que toca. Si tienes algo de comino, añádelo al pollo asado para darle un sabor más terroso y ahumado. Las hierbas frescas como el cilantro, el perejil, el eneldo y el tomillo le dan mucho color y sabor a las comidas. Desafortunadamente, no duran frescas mucho tiempo. Puedes ponerlas con los tallos hacia abajo en un vaso de agua en el refrigerador para mantenerlas frescas hasta una semana o ponerlas en bolsas de plástico y congelarlas.
Verduras y frutas
Usa primero las verduras y frutas que hay que consumir pronto
Grasas
Todo sabe mejor con mantequilla
Como mantener los productos lácteos frescos
Queso
Crema
¡Condimenta las comidas!
Hierbas frescas
Quizás también disfrutes creando una de nuestras recetas de a galletas de semillas. Estas versiones keto y bajas en carbos son perfectas para cuando te apetece algo crocante. Guárdalas en recipientes herméticos durante un par de semanas o congélalas. Si pierden el crocante al descongelarlas, puedes volverlas a poner en el horno a baja temperatura para que lo recuperen. También tenemos algunos pasteles, brownies y galletas bajos en carbos y keto que puedes probar. Puede ser difícil tomarle el truco a la repostería con otros tipos de harina. Quizás ahora es el momento de poner a prueba tus habilidades. Al igual que con los panes y las galletas, la mayoría se congela muy bien. La repostería congelada no solo te permite darte un capricho fácilmente más adelante, sino que te da la opción de controlar las porciones.
Repostería
Olla de cocción lenta y olla eléctrica
Las cazuelas normalmente son simples porque se pueden mezclar, no hay que prestarles tanta atención como a una olla al fuego y pueden ser una comida completa sin necesidad de añadir guarniciones.
Cazuelas