Pasión por la medicina, pasión por la gente: La Dra. Maru se une al equipo

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El equipo de Diet Doctor en Español sigue creciendo. La Dra. María Eugenia Lima, una especialista en alimentación baja en carbohidratos con una vasta experiencia, acaba unirse a nuestro grupo de profesionales para continuar asegurándonos de poder proporcionar información fidedigna y científicamente comprobada. Aquí ella se presenta, con sus palabras:

¡Hola!

Mi nombre es María Eugenia Lima y soy médico. Nací en Portugal pero me fui a vivir en Venezuela iniciando apenas la década de los 50 con un año de edad y allí viví hasta hace muy poco (si quieres sacar las cuentas te confirmo que estoy casi en la séptima década de mi vida, ¡pero feliz y entusiasmada con nuevos proyectos entre los cuáles está pertenecer a la familia de Diet Doctor!).

Desde que era muy pequeña siempre quise ayudar a otras personas a sanar y por eso me hice médico. Soy la única chica en un núcleo de 4 hermanos, contándome, y mi mamá siempre se sintió muy frustrada porque nunca jugué a vestir mis muñecas, siempre las operaba para curarlas de enfermedades imaginarias. A los 4 años para mí ya era claro que quería ser doctora, y mis programas favoritos en la televisión, además de las películas de vaqueros, eran el Dr. Kildare, Marcus Welby y cualquier serie o película de médicos, sobre todo si enfrentaban retos de descubrir la cura para enfermedades o tenían que enfrentarse a comités, directivos o políticos, para defender el cuidado de los enfermos a su cargo. También desde pequeña soy adicta a la lectura, y libros como Cazadores de Microbios (Paul De Kruif), fueron una inspiración para mis años de adolescente y para despertar mi pasión por la investigación.

Crecer entre varones y en el medio de todos los cambios de las décadas del 50 al 80, así como estudiar una profesión todavía muy dominada por los hombres, marcó profundamente mi vida y desarrolló en mí una actitud rebelde. Súmale mi curiosidad, apasionada e inagotable, y podrás entender que he estado en problemas no pocas veces en mi vida. Pero también ha sido una vida marcada por la aventura, el constante estudio, el incuestionable amor de mi familia, la lectura insaciable y de cualquier tema, y una gran pasión por la música que compitió con la medicina y finalmente se convirtió en mi acompañante para estudiar y para leer e investigar.

En la medicina convencional hice dos posgrados (Cuidados Intensivos y Anestesiología) y un año de investigación en el área Cardiovascular, y trabajé durante 30 años en las áreas de mis posgrados. En esos estudios de la medicina convencional me enseñaron cómo curar y aliviar a los pacientes, y toda la medicina preventiva que aprendí giró alrededor de vacunar a los niños, hacer diagnóstico precoz a través de exámenes periódicos y a revisar estadísticas locales y mundiales.

Aprendí mucho de medicamentos y enfermedades y a tomar decisiones sobre la marcha que hacían la diferencia entre vivir y morir, pero no aprendí cómo sostener una vida en salud pues como todo médico fui enseñada a que estar sanos es estar sin enfermedad y nada está más lejos de la verdad. Estar sanos es salud en estado óptimo, es que nuestros sistemas funcionen a tope, que durmamos para restaurar las funciones de nuestro cerebro, que comamos lo que nuestras células necesitan para funcionar al 100% y tener los nutrientes más allá de lo indispensable para apenas existir. Estar sin fiebre, con la tensión arterial y el azúcar y las hormonas en límites “dentro del rango normal” no significa estar sanos, significa que no hay enfermedad visible. Este concepto me llevó a cuestionarme y cuestionar el ejercicio profesional tal como lo venía haciendo. Me llevó a preguntarme:

¿Cómo podía ser médico y no saber que alimentarme y nutrirme son cosas diferentes?
¿Cómo podía ser médico y no saber qué importancia a nivel celular tienen los distintos componentes dentro de los alimentos?
¿Cómo podía ser médico y padecer las mismas enfermedades crónicas que aquejan a tantas personas?
¿Cómo podía ser médico y estar hipertensa, tener prediabetes, padecer cáncer, o tener sobrepeso? ¿O tener a mis seres queridos plagados por esas mismas enfermedades?

La única respuesta era la IGNORANCIA.

Maru3Lo que tantos “expertos” científicos afirmaban no estaba dando resultado y no nos ayudaba ni a mí, a mi familia, o a los pacientes. Al menos no en el terreno de estar verdaderamente sanos.
Por eso decidí aprender y usar toda mi curiosidad y mi capacidad de investigar para determinar qué estaba pasando, tanto en defensa propia para curarme y ayudar a mi familia, como por honrar mi juramento de defender la salud de mis pacientes.

Hice entrenamientos en modulación hormonal, Medicina Anti Envejecimiento, nutrición en diabetes, cáncer y Alzheimer, algunos de manera presencial (A4M, Hormonas Bioidénticas y SottoPelle Therapy, en Estados Unidos), otros online (Fat Summit, Awakening Alzheimer’s, Broken Brain, Thyroid Secrets, Cancer Summit), y leí muchísimos libros y artículos científicos.

Poco a poco fui dejando de lado mis posgrados y comencé una consulta de apoyo nutricional. Un camino que tuvo ensayo y error y a veces calles ciegas dónde había que devolverse para tomar una dirección más acertada, pero también un camino con enormes satisfacciones que me han permitido inspirar y ayudar a muchas personas para revertir su diabetes, mejorar sus condiciones cardiovasculares, su memoria, su lucidez, y su viaje por el cáncer, incluyendo como superar los efectos secundarios de sus terribles tratamientos.

Desde entonces mi práctica profesional se ha transformado de manera radical. Puedo afirmar que ahora estoy bastante más cerca de estar sana, con mejor peso, sin prediabetes, superados el cáncer de piel y el cáncer de endometrio que afecta a tantas mujeres con sobrepeso a consecuencia de la resistencia a la insulina. He aprendido a comer y a enseñar a comer, a sugerir rutinas de actividad física, a escoger los nutrientes apropiados, a orar con mis pacientes por su salud y por recibir de Dios sabiduría y entendimiento para inspirarlos y ayudarlos a sanar.

Recorriendo ese camino, y en la búsqueda de herramientas para hacer mi consulta más sencilla, una paciente me recomendó visitar DietDoctor.com. Me maravilló encontrar a muchos de mis maestros (virtuales) entre sus colaboradores, profesionales que respetaba muchísimo como Mark Hyman, Miriam Kalamian, Gary Taubes, Nina Teicholz, entre otros, y quedé encantada al conocer el leitmotiv de Andreas Eenfeldt acerca de que “ayudar a una persona a la vez no era suficiente para cambiar el status quo”, ese sistema que ha estado impulsando tantas enfermedades crónicas degenerativas, en especial la diabetes. Me sumergí en su libro Low Carb, High Fat Revolution. y menos de tres días después, que fue el tiempo que me llevó leerlo, sabía que había una resonancia total entre lo que impulsaba al Dr. Eenfeldt y lo que me había impulsado a mí durante los últimos 20 años. Me hice miembro de www.DietDoctor.com para poder aprovechar al máximo todos los recursos que ofrece, y se convirtió rápidamente en un aliado poderoso y lo suficientemente sencillo para ser recomendado a pacientes y colegas… que supieran inglés. A los que no lo sabían los apoyaba compartiendo segmentos de la página en la consulta, y eso no era suficiente.

Descubrirla en español fue invalorable porque desarrollar un programa de alimentación dinámico y adecuado siempre termina por ser un dolor de cabeza. Sin un programa así sólo podía ser una mensajera inútil. La sanación llega a través de cambiar lo que comemos, no de más medicinas. Si no tienes el programa, hay que buscar nutricionistas que te ayuden y que estén en el mismo lado de la acera, y pocas lo están, o hacer todo uno mismo, para lo cual no suele haber tiempo suficiente. Pero Diet Doctor en español era la respuesta y pronto se convirtió en el portaviones de mi consulta.

Dicen que cuando el alumno está buscando, el maestro aparece, o que el universo conspira con los que buscan lo que desea ardientemente su corazón.

Concluyo volviendo a decir que tengo pasión por la medicina.
Que tengo pasión por sanar a las personas, además de sanarme y sanar a mi familia.
Que Diet Doctor para mí es una respuesta a esa pasión y que ser parte de su equipo es una respuesta a mi sueño de inspirar y empoderar a la gente a sanar.

Gracias, Andreas, por invitarme a ser parte de la familia. Gracias, Kim, por todo el apoyo que me has brindado desde el primer día. Gracias, Diet Doctor, por ser la diferencia y ayudarnos a todos en esta misión por reconquistar la salud.


Dra. Maru

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