Nuevo estudio afirma que el ayuno intermitente no funciona, ¿pero es eso cierto?

Ayuno intermitente

Un nuevo estudio, publicado en el Journal of American Medical Association (JAMA), no muestra ningún beneficio por realizar ayuno intermitente. Ahora bien, después de examinarlo detenidamente, comprobamos que deberíamos ser cautelosos sobre cómo interpretamos esta conclusión.

El estudio parece indicar que la alimentación de tiempo restringido no conlleva una mayor pérdida de peso ni beneficios metabólicos. Aunque fue un estudio aleatorizado y controlado bien diseñado, al final nos quedan más preguntas que respuestas.

Pero, lo admito, me quedé sorprendido cuando vi los resultados. He escrito sobre los beneficios de la alimentación con restricción de tiempo antes, y creo firmemente en el ayuno intermitente de forma personal. Lo utilizo en mi consulta, se lo recomiendo a mis pacientes y escribo artículos positivos sobre él.

Sin embargo, estos nuevos hallazgos me han hecho preguntarme lo siguiente: ¿qué significa esto para las personas que siguen una alimentación de tiempo restringido, la cual se ha convertido en una de las intervenciones para adelgazar más populares?

Además, me cuestioné si este nuevo estudio refutaría la totalidad del concepto de la alimentación de tiempo restringido. Pero, como ocurre con cualquier estudio, hay muchos detalles y limitaciones que merece la pena explorar antes de realizar tal afirmación.

A modo de referencia, el autor senior es el Dr. Ethan Weiss, un destacado cardiólogo preventivo e investigador en la Universidad de California en San Francisco. También fue el invitado al podcast número 56 de Diet Doctor. Es una persona por la que tengo un gran respeto, tanto de forma personal como profesional.

En el estudio del Dr. Weiss, los autores asignaron de forma aleatorizada a 116 personas con sobrepeso a un grupo con un horario consistente de comidas o a un grupo de alimentación de tiempo restringido. El grupo con horario consistente hizo tres comidas al día, además de refrigerios en caso de tener hambre. Al grupo de alimentación de tiempo restringido se le indicó que comiera todas las calorías entre las 12 del mediodía y las 8 de la noche.

No se dieron consejos ni se restringió ningún alimento ni cantidad. Solo se recomendó a los pacientes cuándo comer.

De todos los voluntarios, el 92 % del grupo con un horario consistente cumplió con la dieta de control, mientras que solo el 83 % del grupo de alimentación de tiempo restringido cumplió con su dieta. Después de 12 semanas, no hubo ninguna diferencia significativa en la pérdida de peso ni en los marcadores metabólicos (glucosa, insulina, hemoglobina A1c (HbA1c), presión arterial, triglicéridos, colesterol de lipoproteínas de baja densidad (LDL)) entre los dos grupos.

En el grupo con restricción de tiempo hubo una pequeña disminución de la masa magra. Pero no le daría demasiada importancia como variable secundaria, sobre todo teniendo en cuenta que existen estudios que muestran el efecto contrario. Esta cuestión está lejos de haber quedado respondida, sobre todo teniendo cuenta mis otras dudas sobre el estudio.

Debido a este resultado, la conclusión ya se está difundiendo por varios medios de comunicación, en los que afirman que la alimentación de tiempo restringido no funciona y que todos deberíamos volver a hacer tres comidas al día.

Pero, espera un momento, no está todo dicho.

Tomemos un minuto para hablar de por qué se ha propuesto que la alimentación de tiempo restringido tiene beneficios para la salud. Para empezar, es una forma efectiva de reducir las calorías diarias. Y, segundo, permite que la insulina permanezca baja durante más tiempo, por lo tanto, facilita que haya una mayor oxidación de grasa.

Este estudio fracasó en el primer punto. El grupo de alimentación de tiempo restringido comió las mismas calorías que el grupo de control. De hecho, al final del estudio, había una tendencia hacia un mayor consumo de calorías.

Una de mis reglas principales para cualquier paciente al que le receto la alimentación de tiempo restringido —y un aspecto importante que remarcamos en el programa de asesoramiento que pronto lanzaremos en Diet Doctor sobre el ayuno intermitente— es que no deberías “compensar las calorías que faltan”, sino que deberías consumir las comidas como normalmente lo harías, o como mucho añadiendo una pequeña porción extra de proteína, y simplemente saltarte una comida. Es una de las formas más sencillas de reducir el consumo de calorías.

Este estudio no consiguió tal cosa. Solo puedo suponer que fue debido a que no se asesoró a los voluntarios sobre la estrategia de no compensar las calorías. Podemos observar que en este estudio se probó la alimentación de tiempo restringido usando dos dietas con las mismas calorías, eliminando uno de los beneficios potenciales más importantes de la alimentación de tiempo restringido.

Y, por lo tanto, esto no excluye a la alimentación de tiempo restringido como una forma efectiva, segura y sostenible de reducir las calorías cuando se asesora de forma adecuada a los voluntarios.

Pero, ¿qué hay del segundo punto? ¿Demostró este estudio que mantener bajos los niveles de insulina durante un periodo más largo del tiempo no tiene nada de excepcional? Quizás.

Dieciséis horas quizá no sea tiempo suficiente para observar este beneficio. ¿Serían 18, 20 o incluso 24 horas suficiente? O, ¿y si el intervalo de alimentación acabara antes, alrededor de las 5 de la tarde, cuando el cuerpo es más sensible a la insulina? Son preguntas interesantes para las que aún no tenemos respuestas.

Lo que quizás es incluso más importante tener en cuenta es que no sabemos qué comieron los voluntarios durante el intervalo de alimentación.

Tengo que admitirlo, me subí al carro después de que los Dres. Pam Taub y Satchin Panda publicaron su estudio no aleatorizado que mostró beneficios metabólicos con 14 horas de ayuno sin tener en cuenta la dieta de referencia.

Sin embargo, aunque creí en la ciencia, siempre les dije a mis pacientes que sigue siendo importante lo que comen. ¿Para qué querríamos pasar 16 horas reduciendo la insulina y luego comer alimentos poco nutritivos y altos en carbohidratos que harán que la glucemia se mantenga alta y los niveles de insulina aumenten cada vez más en el intervalo de alimentación de ocho horas?

No queremos. No tiene sentido.

¿Es eso lo que ocurrió en este estudio? No lo sabemos. No he visto ningún informe sobre la calidad de la dieta o los macronutrientes. Pero cabe destacar que hubo alguna variación considerable en las gráficas. Muestran que muchos voluntarios bajaron de peso y algunos ganaron peso. ¿A qué se debe esta diferencia? ¿Podría estar relacionada con su dieta subyacente? De nuevo, no lo sabemos.

Es cierto que el ayuno, incluso uno corto de 16 horas, provoca hambre y antojos a algunas personas, lo que causa que se consuman más refrigerios, más calorías totales y que la comida sea de peor calidad. Lo he visto muchas veces en mi consulta. No cabe duda de que estas personas no deberían ayunar.

Pero en el caso de las personas que pueden ayunar, reducir las calorías totales y continuar comiendo alimentos nutritivos que no causan “picos de insulina y glucosa”, probablemente conlleve cosas diferentes. Esas son las personas que posiblemente continúen beneficiándose de una alimentación de tiempo restringido.

Como con muchos ensayos, el estudio responde una pregunta, y nos deja con muchas más.

No me malinterpretes, fue un estudio bien diseñado y llevado a cabo por el Dr. Weiss y sus compañeros para responder a sus preguntas. No los recrimino por el estudio que han realizado.

No obstante, tenemos que ser cautelosos sobre cómo interpretamos los resultados.

La interpretación no debería ser que la alimentación de tiempo restringido no funciona.

Sino que una alimentación con 16 horas de restricción empezando a las 8 de la tarde, sin un control de calidad de la dieta y sin reducción de las calorías no tiene beneficios de adelgazamiento ni metabólicos para la mayoría de las personas.

Aparte de eso, sigue habiendo muchas preguntas y beneficios potenciales de la alimentación de tiempo restringido.

Tenemos que estar abiertos a la idea de que quizá solo sea una forma de reducir las calorías sin otros beneficios potenciales. Pero eso aún tiene que probarse.

Yo seguiré recomendándola junto con una dieta baja en carbohidratos de buena calidad para reducir las calorías y la insulina, como ayuda para bajar de peso y mejorar la salud metabólica. Espero que haya más estudios que examinen este enfoque específico y, por ahora, no veo la necesidad de abandonar esta práctica.

Dr. Bret Scher, FACC

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