Entendiendo el riesgo absoluto y relativo

Aunque parezca que los números deben ser objetivos y confiables, hay muchas maneras en que se pueden usar para distorsionar la verdad. Se han escrito libros completos sobre este tema como el clásico de 1954 Cómo mentir con las estadísticas.

Para las enfermedades crónicas, una de las mejores artimañas con números es usar el riesgo relativo para informar del tamaño de un efecto encontrado en un estudio. El riesgo relativo confunde a los lectores confiados y puede hacer que incluso un pequeño efecto parezca muy grande.

Echemos un vistazo a las diferencias entre riesgo absoluto y riesgo relativo.

Riesgo absoluto es la posibilidad, o la probabilidad, de que un evento de salud específico te suceda a ti (o a cualquiera en un grupo similar de personas).

Riesgo relativo es la posibilidad, o la probabilidad, de que las personas en un grupo experimenten un evento de salud en comparación con las personas en otro grupo.

Podríamos preguntar: “¿Por qué es importante?” Bueno, los dos números, en exactamente el mismo escenario de tratamiento, pueden parecer radicalmente diferentes, ya que el riesgo absoluto es un número muy pequeño y el riesgo relativo parece ser muy grande. Esto puede distorsionar las percepciones acerca de cuán exitoso y valioso puede ser, a nivel personal, un tratamiento médico específico.

Por ejemplo, digamos que en un grupo de 100 personas, existe el riesgo de que dos sufran un ataque cardíaco. Si estás en ese grupo, tu riesgo absoluto de un ataque cardíaco es del 2 %. Ahora, digamos que los investigadores realizan un estudio de un tratamiento farmacológico para esta afección. Un grupo de 100 personas recibe un placebo (el grupo control) y otro grupo de 100 personas recibe el medicamento, lo que podría tener efectos secundarios significativos.

El estudio encuentra que, mientras el grupo de control tuvo los dos ataques cardíacos esperados, el grupo de tratamiento solo tuvo uno. Además, en el grupo de tratamiento, 15 personas experimentaron efectos secundarios significativos. ¡El riesgo absoluto disminuyó solo un 1 %, pero el riesgo relativo disminuyó un 50 %! Es posible que el médico diga que “las personas que tomaron este medicamento tuvieron un resultado un 50 % mejor”. Pero el riesgo se reduce realmente en solo un 1 % si tomas el medicamento y el riesgo de experimentar los efectos secundarios será del 15 %.

Un ejemplo del mundo real

El ejemplo clásico de este tipo de hallazgo es el de los medicamentos con estatinas para la prevención primaria de eventos cardiovasculares. El ensayo JUPITER fue un ensayo clínico bien controlado y aleatorizado que tomó 17.802 sujeto sanos 1 y se trató a la mitad de ellos con una estatina (20 mg de rosuvastatina o Crestor) y a la otra mitad con un placebo.

Aquí están los resultados después de dos años:

Understanding absolute and relative risk

Riesgo absoluto

Podríamos decir sinceramente que los sujetos que tomaron estatina redujeron su riesgo de sufrir un ataque cardíaco de 0,76% a 0,35%, o aproximadamente 0,42%. No es muy impresionante. ¿Se comprometerían a tomar una píldora todos los días durante el resto de su vida para reducir el riesgo de ataque cardíaco en un 0,42 % después de dos años? Tal vez. Pero, si esto también significara un riesgo significativo y mucho mayor de efectos secundarios, tal vez no lo harían.


Riesgo relativo

A la inversa, podríamos declarar de forma veraz que los sujetos que tomaron estatina redujeron el índice de ataques cardíacos en un 54% en comparación con los que tomaron placebo. Eso suena muy impresionante, así que, si lo que quieres es un título de prensa para vender medicamentos, esta sería la forma de presentar los resultados del estudio.

  1. Los sujetos no tenían antecedentes de enfermedad cardíaca y niveles de colesterol LDL por debajo de 130 mg / dL. Sin embargo, los sujetos también tenían niveles elevados de proteína C reactiva, lo que es un signo de inflamación sistémica