La dieta mediterránea baja en carbos es superior para reducir la grasa hepática

Carne con verduras

La acumulación excesiva de grasa en el hígado está claramente vinculada con la resistencia a la insulina, el síndrome metabólico y el aumento del riesgo de cardiopatías.

Si sufres hígado graso o síndrome metabólico, te puede interesar este nuevo estudio que apunta a que seguir una dieta baja en carbos reduce la grasa hepática de forma más efectiva que una dieta baja en grasas.

Journal of Hepatology: Los efectos beneficiosos de la dieta mediterránea, superiores a los de la dieta baja en grasas, pueden deberse a la reducción de la grasa hepática (artículo en inglés)

En este estudio, 278 personas con obesidad abdominal o colesterol HDL bajo y triglicéridos altos (tres de los cinco criterios del síndrome metabólico) fueron asignadas de forma aleatoria para seguir una dieta baja en grasas o una dieta mediterránea baja en carbohidratos durante 18 meses. Cabe señalar que la mayoría de estas personas tenían un exceso de grasa almacenada en el hígado; de media un 10 % (aunque tener una cantidad pequeña de grasa en el hígado es normal, si se supera el 5 % se considera demasiado alta). Además, algo más de la mitad de los voluntarios del estudio tenían la enfermedad del hígado graso no alcohólico.

Se recomendó a ambos grupos que consumieran alimentos naturales, aumentaran la ingesta de verduras y evitaran las grasas trans y los carbohidratos refinados. El grupo de la dieta baja en grasas consumió cantidades generosas de cereales integrales, frutas y legumbres, y restringió la grasa a menos del 30 % al día; por el contrario, el grupo de dieta mediterránea baja en carbos consumió más grasas y proteínas (sobre todo pescado y pollo), comió menos de 40 gramos de carbohidratos durante los primeros dos meses e incrementó gradualmente el consumo a 70 gramos de carbohidratos al día en forma de verduras, frutos secos, semillas y legumbres. El grupo bajo en carbohidratos también incluyó 28 gramos de nueces en la dieta todos los días a partir del tercer mes.

Al final del estudio, todos los voluntarios habían perdido peso en el hígado y alrededor del abdomen. Sin embargo, con independencia de la variación total de la grasa de la cavidad abdominal, el grupo bajo en carbohidratos tuvo una reducción significativamente mayor de la grasa hepática (determinada mediante resonancia magnética) que el grupo bajo en grasas. Además, esto fue así tanto para las personas con la enfermedad del hígado graso, como para las que no tenían esta enfermedad. Asimismo, las mejoras de los marcadores de la función hepática fueron mucho más pronunciadas en el grupo bajo en carbos, y se dieron también los resultados habituales de limitar los carbohidratos (reducción de los triglicéridos, niveles de colesterol HDL más altos y una presión arterial diastólica inferior).

¿Qué nos revela este estudio? Primero, que reducir el consumo de carbohidratos procesados y aceites vegetales industriales y grasas trans, consumir más alimentos naturales y evitar comer en exceso causa una pérdida de grasa hepática y abdominal con indiferencia de la composición de los macronutrientes. Sin embargo, una dieta baja en carbohidratos mediterránea parece ser superior respecto a una dieta baja en grasas para reducir la grasa hepática y mitigar la enfermedad del hígado graso. Dados los múltiples beneficios de las dietas que limitan los carbohidratos en el apetito, glucemia y resistencia a la insulina, seguir esta forma de alimentación puede ser tu mejor opción para proteger la salud del hígado y reducir el riesgo cardiometabólico.

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