Promover la alimentación baja en carbohidratos en la atención sanitaria

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En la conferencia Low Carb USA 2017, el Dr. Andreas Eenfeldt respondió a una pregunta de una enfermera de urgencias sobre los profesionales sanitarios que promueven un estilo de vida bajo en carbohidratos. Ella expuso el dilema de sentirse con las manos atadas cuando trata con pacientes diabéticos en el hospital debido a los protocolos y estándares vigentes, haciéndola sentir incapaz de compartir valiosos consejos sobre la alimentación baja en carbohidratos con ellos. Como médico que trabaja en el ámbito hospitalario, me gustaría añadir mi propio consejo a lo que le recomendó Andreas.

Sentirse incapaz en la atención sanitaria

Es fácil sentirse incapaz en el ámbito hospitalario cuando reconoces que se llevan a cabo prácticas irracionales, y esa sensación de impotencia parece empeorar, ya que cada vez hay más administradores que no están familiarizados con la realidad de la atención al paciente en primera línea. Es el viejo problema de demasiada gente que habla y poca que actúa.

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Pero, admitámoslo… No es posible para seres racionales relajarse mientras se menosprecia a los pacientes con metodologías no científicas y obsoletas simplemente porque “así es como se ha hecho siempre”.

La atención sanitaria es dirigida por guías y protocolos

Hay pocas cosas más frustrantes que tener que ver guías y protocolos que en realidad no abordan el problema subyacente, es decir, protocolos de insulina que se ponen en marcha de forma automática para cualquier paciente con la glucosa elevada. Ahora bien, los hospitales deben contar con protocolos estandarizados para garantizar que todos los pacientes reciban un nivel mínimo de atención, por ejemplo, para garantizar que una hiperglucemia o hipoglucemia potencialmente peligrosas se traten de forma rápida.

La cruda realidad es que un porcentaje inaceptablemente alto de pacientes diabéticos en el hospital no hacen un esfuerzo razonable para controlar la glucosa, y se presentan en el hospital con la diabetes fuera de control y tremendas complicaciones asociadas. Los protocolos que utilizan insulina para tratar la hiperglucemia actúan como “parche” para los diabéticos negligentes que necesitan urgentemente ayuda, y como mecanismo de seguridad para aquellos que ya tienen un control adecuado de su diabetes.

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“Espera, dijiste que la glucosa era de 500 mg/dl (27,8 mmol/L) y que no había ningún indicio de cetoacidosis diabética… pero ¿pusiste al paciente un goteo de insulina? Madre mía…”

En otras partes del hospital existen protocolos de instrucción usados por educadores de diabetes que siguen un guion predecible, según los estándares de atención fijados por la Asociación Americana de Diabetes (ADA); protocolos que fracasan de la misma forma en abordar el problema subyacente.

El mundo de la nutrición está repleto de consejos contradictorio

La nutrición es especialmente un tema con una gran carga emocional. Un buen ejemplo: si quieres provocarme, dile a mis pacientes diabéticos que necesitan comer carbohidratos.

Es evidente que la medicina se encuentra en una encrucijada en lo que respecta a la nutrición. Hay descontento con respecto a las guías alimentarias, poco científicas, de los EE. UU., y cada vez más gente descubre que pueden tener una salud óptima ignorando todos los consejos que aprendieron. Admitámoslo: nunca habrá un consenso universal sobre la nutrición.

Ya que soy consciente de que mis pacientes diabéticos se enfrentarán de forma inevitable a consejos alimentarios opuestos a lo que les recomendé, les aviso de forma preventiva sobre lo que sucederá antes de que visiten al cardiólogo, al dietista, al educador cardíaco o a quién sea. Les explico los consejos que probablemente escuchen (muy predecibles) y la razón por la que mi consejo tiene más sentido para ellos en una situación particular.

Los pacientes son libres de usar su propio criterio y, por supuesto, los animo a que investiguen por sí mismos y pregunten sobre todo lo que tengan interés. Hay una gran cantidad de información disponible para cualquier persona con acceso a internet; solo hay que poder distinguir a los vendedores de aceite de serpiente de las fuentes bien intencionadas y de buena reputación.

Consejos para promover la alimentación baja en carbohidratos

Entonces, ¿qué se puede hacer en un entorno hospitalario para promover un estilo de vida bajo en carbohidratos para los pacientes que probablemente se puedan beneficiar? Recomiendo las siguientes estrategias.

Da consejos irrefutables. Hay algunos consejos que pueden preparar de forma segura a los pacientes sin temor a represalias.

  • No puedes equivocarte si dices algo como: “Los carbohidratos aumentan la glucosa y, por lo tanto, consumir menos carbohidratos puede ayudar a reducir la glucosa”. Nadie puede discutir de forma legítima este dato científico básico, especialmente porque todos predican con el resultado: “Si tu glucosa está demasiado baja, necesitas comer algo de carbohidratos”.
  • Recomienda alimentos reales, no procesados; son una forma de comer naturalmente más baja en carbohidratos que la dieta estadounidense estándar. Sin embargo, si el paciente es diabético, se debe prestar atención a también a la restricción de carbohidratos. Así mismo, nadie puede armar un argumento sólido contra los consejos de evitar los alimentos procesados.

Colabora con el equipo de tratamiento. Lo ideal sería tener permiso del médico responsable (o del médico del departamento de urgencias) para ofrecer asesoramiento al paciente, ya que él es en última estancia el responsable de la atención del paciente. Por ejemplo, en mi trabajo las enfermeras se sienten cómodas fomentando y hablando sobre la restricción de carbohidratos con los pacientes bajo mi cuidado, ya que saben que las defenderé en caso de cualquier queja al respecto. Dependiendo del interés de los médicos en educar a sus pacientes sobre nutrición, puede haber o no libertad para hablar de un enfoque bajo en carbohidratos. Sin embargo, por lo general la mayoría de los médicos no están muy involucrados en hablar sobre nutrición con sus pacientes.

Sé consciente de la cultura del hospital/departamento. ¿Tienes realmente las manos atadas, o es solo es una limitación que percibes? Diferentes hospitales, e incluso diferentes departamentos dentro del mismo hospital, pueden tener muchas diferencias en cuanto a las “reglas de intervención” en esta situación. Pregúntale a tus compañeros de trabajo; tantea el terreno; cuando tengas dudas, ve con cuidado.

Pide una explicación acerca de procedimientos específicos. No dudes en pedir explicaciones al médico responsable sobre procedimientos determinados, ya que conciernen a tus pacientes, así como preguntar por qué no están utilizando un enfoque bajo en carbohidratos. En esta época de registros médicos electrónicos repletos de prescripciones, puede ser que haya prescripciones accidentales en la historia clínica o pedidos hechos con poco sentido debido a la puesta en marcha de un protocolo en particular. Una inocente consulta sobre una prescripción en particular puede estimular un debate constructivo y una revisión de la situación. Por ejemplo, puedes preguntar si la insulina es realmente necesaria para controlar una hiperglucemia moderada, o si una restricción alimentaria simple (carbohidratos) podría ser adecuada para un paciente. Hazles saber que estás interesado en ayudar a explicar las razones para restringir los carbohidratos a los pacientes que tienen dificultades para controlar la diabetes. Todo el mundo sale ganando.

Remite a pacientes y familiares a DietDoctor.com o a otros recursos confiables. Casi todo el mundo lleva un teléfono inteligente ahora, y los hospitales normalmente ofrecen acceso gratuito a internet por wifi. Además, hay [afortunadamente] mucho tiempo de inactividad en el hospital durante el cual los pacientes pueden utilizar un sitio como este para descubrir una perspectiva de gestión de su salud que es nueva y salva vidas. Además de escribir la dirección del sitio web para mis pacientes en una de mis tarjetas de visita, también comparto con frecuencia artículos y folletos que pueden ser relevantes para la situación del paciente, y los animo a escribir las preguntas que les pueda surgir después de revisar la información.

Fomenta el debate y el análisis de diferentes enfoques entre el equipo de atención médica.

  • Pregúntale a los médicos si están familiarizados con nuevos artículos de revistas relevantes sobre conceptos bajos en carbohidratos; incluso podrías dar un paso extra y darles una copia del artículo.
  • Investiga acerca de las estrategias de tratamiento: “He leído algo y he aprendido que no hay datos científicos buenos que respalden…”; “¿Qué tipo de datos científicos existen que respalden esa dieta para los diabéticos?”; “¿Hay algún buen ECA (ensayo controlados aleatorizados) que respalde ese enfoque?”
  • Anima a tus pacientes y compañeros a que lean/investiguen más.

Comparte anécdotas sobre casos de éxito comiendo bajo en carbohidratos. O lo que es mejor, haz que la gente te pregunte cómo conseguiste tu propia transformación. A todo el mundo le gusta una buena historia. Inspirar a gente detallando los beneficios que otras personas consiguieron, ya haya sido pérdida de peso, corrección de la diabetes o simplemente mejoras en el control de la glucemia en el hospital con una dieta con restricción de carbohidratos. Sin embargo, lo que es aun más inspirador es demostrar que haces lo que predicas, mostrando a todo el mundo lo que se puede lograr viviendo con un estilo de vida bajo en carbohidratos.

Empodera a tus pacientes. Quizás lo más importante que se puede hacer por los pacientes diabéticos que ingresan en el hospital es empoderarlos: infórmales sobre qué pueden esperar y hacerles saber que tienen opciones. La insulina no es la única forma de tratar la hiperglucemia, y está claro que no es la más segura. Recuérdales a tus pacientes que pueden negarse a seguir un procedimiento. Dales consejos sobre comer bajo en carbohidratos en el hospital.

Participa en la política del hospital. Esfuérzate por conseguir los cambios que imaginas. Para conseguir un efecto real en la atención al paciente, es necesario que haya cambios en la política del hospital. Únete a un comité que aborde la diabetes o la nutrición. Habla con la administración sobre tus inquietudes y avísales sobre la posibilidad de mejorar la atención al paciente. Crea un mensaje fuerte que exprese el “por qué”, identifica las principales partes interesadas y trabaja para obtener la aprobación de las partes interesadas que pueden lograr cambios.


Dr. Christopher Stadtherr

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