Negacionistas del colesterol o traficantes de estatinas: ¿hay término medio?

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Sarah Bosely, editora de salud de The Guardian, publicó recientemente un artículo de opinión que demoniza a las personas que cuestionan el papel de las grasas saturadas y las estatinas en la causa o prevención de las enfermedades cardíacas.

The Guardian: El sinsentido de la mantequilla: el auge de los negacionistas del colesterol

Para ser sincero, es un artículo muy parcial e inculto. En vez de presentar una revisión objetiva de los argumentos, utiliza un lenguaje degradante y un tono acusador para argumentar que el statu quo debe de estar en lo cierto.

Desafortunadamente, intenta silenciar un debate saludable e ignora grandes cantidades de datos científicos que sugieren que el tema del colesterol y las estatinas son más complicados de lo que el statu quo nos hace creer.

Para empezar, Boseley mezcla dos argumentos diferentes bajo un paraguas conveniente pero incorrecto. Si las grasas saturadas causan enfermedad cardíaca y si la reducción de las LDL con estatinas previene la enfermedad cardíaca son dos temas diferentes.

En segundo lugar, la patogénesis de las enfermedades cardiovasculares es un proceso complejo. No es justo decir que es simplemente una enfermedad de demasiada LDL, o decir que es simplemente una enfermedad de demasiada azúcar o decir que todo se reduce a la inflamación. Sino que es un problema polifacético que requiere una solución polifacética.

Aparentemente, los medios de comunicación piensan que no queremos oír hablar de aspectos complejos ni de matices. Creen que queremos oír hablar del bien y del mal —para enfrentar a los bandos— como si un bando tuviera que tener de forma inequívoca la razón o no, sin dejar espacio para un término medio.

Para ver un artículo escrito de forma correcta y con referencias científicas sobre cómo la ciencia no respalda el papel de las grasas saturadas y las enfermedades cardíacas, mira el resumen bien redactado a continuación The Nutrition Coalition. ¿Tuvo Boseley en cuenta alguno de estos artículos científicos en su artículo de opinión? Desde luego que no.

Además, la evidencia reciente de Virta Health ha demostrado que una dieta baja en carbohidratos y alta en grasas (incluyendo grasas saturadas) puede corregir la diabetes con poco o ningún efecto en el colesterol de las LDL. Una vez más, el sesgado artículo de Boseley no hace referencia a los estudios de cambio de paradigma que demuestran que el statu quo no siempre es lo correcto.

Boseley tampoco entiende la calidad y las limitaciones de la ciencia. Los datos observacionales con asociaciones débiles no pueden respaldar un papel causal. Sin embargo, las recomendaciones médicas se basan en gran medida en este tipo de evidencia para respaldar sus conclusiones. Una y otra vez, hemos visto que se ha demostrado que este tipo de datos son incorrectos; es probable que este sea uno de esos ejemplos una vez más. Este tipo de corrección de los puntos de vista de la corriente dominante solo puede producirse con un debate abierto en el que se expresen diversos puntos de vista.

Pero eso presenta dificultades y matices que ya sabemos que los medios no quieren tener en cuenta (probablemente porque no obtienen tantos clics o visitas).

En cuanto a las estatinas, se han convertido en el medicamento milagroso de nuestra generación. Sin embargo, los datos muestran que en las personas sin signos de cardíopatias, hay que tratar a más de 200 personas durante cinco años para prevenir un ataque cardíaco, sin una reducción del riesgo de muerte. Además, las estatinas tienen efectos secundarios potenciales de dolores y debilidad muscular, un mayor riesgo de diabetes y, posiblemente, un mayor riesgo de demencia en algunas personas.

¿Es un medicamento maravilloso? Todo depende de tu perspectiva.

Sin embargo, al mismo tiempo, está claro que las estatinas tienen un efecto. En las personas con enfermedades cardíacas, hay que tratar a 83 personas durante cinco años para salvar una vida, y 39 durante cinco años para prevenir un ataque al corazón (cabe destacar que estos son predominantemente ensayos patrocinados por las farmacéuticas con fuertes conflictos de intereses). Puede que no sea un efecto espectacular, pero es un efecto. Así que afirmar que las estatinas son inútiles y no tienen ninguna función es igualmente incorrecto y corto de miras.

La clave es encontrar el enfoque adecuado para cada paciente. Esto significa evitar el todo o nada y entender las diferencias individuales.

La clave es continuar un debate saludable para definir mejor el escenario adecuado para los medicamentos y cuándo deben evitarse.

La clave es exigir pruebas de mayor calidad que resistan el escrutinio, en lugar de basar las decisiones en décadas de ciencia de baja calidad y las subsiguientes opiniones consensuadas.

Boseley se quedó muy lejos de estos objetivos en su sesgados artículo de opinión. Espero que todos podamos hacerlo mejor.

Gracias por leernos,
Dr. Bret Scher, FACC

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