La lipoproteína (a) solía ser el lípido olvidado. Ya no es así.

Corazón

La lipoproteína (a) —o su abreviatura, Lp(a)— está saliendo de la oscuridad. Y por una buena razón. Una de ellas es que Bob Harper, el famoso entrenador en televisión en The Biggest Loser, ha ayudado a llamar la atención en todo el país sobre la Lp(a) después de su ataque al corazón en 2017. En pocas palabras, la Lp(a) es una versión de las LDL más peligrosa. Es más proinflamatoria y más protrombótica.

Los estudios muestran que los niveles elevados de Lp(a) se correlacionan con un mayor riesgo cardiaco. Así que tiene sentido que queramos reducir los niveles elevados de Lp(a) de los pacientes para reducir el riesgo cardiaco, ¿verdad? Hasta ahora, no ha habido mucho éxito.

Desafortunadamente, la Lp(a) no responde bien a los cambios de hábitos. Su nivel está determinado casi totalmente de forma genética y no puede manipularse fácilmente con factores ambientales (nutrición y ejercicio) de la manera en que se que hace con las LDL. Los mejores tratamientos para reducir la Lp(a) son la niacina y una clase de medicamentos llamados inhibidores CETP. Sin embargo, el problema es que a pesar de reducir la Lp(a), estos tratamientos no han demostrado reducir los resultados que nos preocupan: el riesgo de ataque cardiaco y muerte.

Así que la opinión habitual es tratar otros factores de riesgo de forma más agresiva en las personas que tienen la Lp(a) elevada. Lo primero en la lista, por supuesto, es tratar las LDL con estatinas.

Ahora es posible que esto cambie. Un nuevo estudio publicado en The Lancet analizó siete ensayos de estatinas que incluyeron a más de 29.000 sujetos. Los autores hallaron que incluso con el tratamiento con estatinas, los niveles de Lp(a) por encima de 50mg/dL seguían asociados con un mayor riesgo cardiaco. Esto ocurrió a pesar de la reducción de las LDL en promedio en casi un 40 % (en el caso de la Lp(a), es importante tener en cuenta las unidades, ya que a menudo también se presenta como un recuento de partículas en nmol/L).

The Lancet: Niveles de lipoproteína (a) en el tratamiento inicial y en el tratamiento estadístico para la predicción de episodios cardiovasculares: metanálisis de datos de pacientes individuales de los ensayos de resultados de estatinas

No parece que el tratamiento con estatinas reduzca significativamente el riesgo de episodios de enfermedades cardiovasculares en personas con Lp(a) elevada. Los autores concluyeron que el estudio “proporciona una justificación para evaluar los fármacos para reducir específicamente la Lp(a) en los ensayos de resultados cardiovasculares”. Por un lado, esta conclusión tiene sentido según los datos del ensayo. Por otro lado, no debe sorprender que el ensayo haya sido patrocinado por la compañía farmacéutica Novartis, que casualmente tiene un medicamento en investigación dirigido a la Lp(a), lo que presenta un claro conflicto de intereses.

Los estudios futuros pueden o no probar que la reducción de la Lp(a) con fármacos reduce el riesgo cardiaco. Sin embargo, sabemos con certeza que, independientemente de los niveles de Lp(a), los hábitos de vida saludables son siempre una terapia de primera línea para mejorar el riesgo cardiovascular. No importa qué medicamentos tomemos o dejemos de tomar, la alimentación, el ejercicio, el control del estrés y otras intervenciones del estilo de vida son el mejor lugar por donde empezar.

Gracias por leernos,
Dr. Bret Scher, FACC

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