“Mantendré esta saludable dieta mientras viva”

andre

Antes y después

André era delgado cuando era joven, pero a medida que la edad aumentaba, también lo hacía el peso. Además comenzó a tener problemas de ansiedad e hipertensión.

Después de una visita al médico donde recibió malas noticias sobre hacia dónde se dirigía su salud, empezó a investigar más a fondo sobre lo que podía hacer, y encontró algo:

Ahora sé lo que realmente significa estar sano. Cuando era niño, no rechazaba ningún plato de comida. Arroz, frijoles y carne eran los ingredientes básicos de mis almuerzos. También solía comer postres, dulces y galletas (galletas rellenas de todos los tipos y sabores). No solía tomar gaseosas (pero terminé añadiéndolas a mi dieta más tarde). Durante muchos años tomé refrigerios durante todo el día y comí sándwiches de queso para cenar. A pesar de estos hábitos poco saludables, siempre me mantuve esbelto, pero con el tiempo empecé a notar algunos cambios. Me salió un poco de panza.

Mido 1,82 m (6 pies) y cuando era joven mi peso medio era de 80 kg (175 libras), pero con el tiempo, mi peso promedio aumentó gradualmente. Al llegar a la década de los 30 era adicto a los pasteles, pizzas, lasañas, comida rápida y gaseosas. Por aquel entonces ya pesaba 90 kg (198 libras) y mi abdomen no paró de crecer, a pesar de que nunca tomaba bebidas alcohólicas.

Y el peso siguió aumentando a medida que pasaba el tiempo. Cuando tenía 40 años pesaba casi 100 kg (220 libras). En 2010, después de consultar a un cardiólogo, me dijo que mi presión sanguínea era alta, y empecé a tomar medicamentos para controlarla. Estaba destinado a tomar este medicamento durante el resto de mi vida. Entonces no me gustaba saber mi peso, ya que no quería conocer la horrible realidad, y cuanto más me decían que estaba gordo, más comía, con ansiedad. No sabía qué tenía qué hacer para frenar y mantener el peso. Ya había intentado algunas dietas sin mucho éxito, perdiendo peso y luego volviéndolo a ganar.

Con el tiempo, se hizo difícil comprar ropa, tenía que buscar tallas extragrandes; mis pantalones y camisas seguían haciéndose más y más grandes. La dificultad para encontrar ropa que me valiera, la hipertensión y la ansiedad no eran mis únicas preocupaciones por aquel entonces, el tobillo también estaba sufriendo las consecuencias de mi peso: lo pasé mal con un esguince de grado 3 en el tobillo que tardó más de dos años en curarse debido a mi peso. Después de eso tuve otro esguince en el mismo tobillo. ¡Este segundo esguince se convirtió en fractura! Fue bastante grave, y acabé en el quirófano.

Necesitaba hacer algo, pero no sabía el qué. Un día fui a un gastroenterólogo, y después de una consulta de 10 minutos me dijo que tenía el estómago inflamado. No podía imaginar cómo podría haber pasado. Decidí buscar algún artículo sobre salud en internet. Entre muchas cosas, encontré el sitio web del Dr. José Carlos Peixoto, “Uma Outra Visão”. Fue increíble porque lo que leí tenía sentido y echó por tierra una serie de mitos. ¡Había encontrado información de buena calidad! Leí muchos artículos en el sitio web que tenían sentido para mí. Nunca pensé que fuera normal para una persona con 40 o 50 años tener que tomar medicamentos para controlar el colesterol y la presión sanguínea; pero necesitaba más información. En ese momento, también descubrí una entrevista con el Dr. William Davis sobre el libro Sin trigo, gracias. Esta entrevista me hizo empezar a encajar piezas de un rompecabezas muy importante para mí. Buscando más información sobre salud, encontré los videos del Dr. Jose Roberto Kater, que me ayudó a encajar más piezas de ese rompecabezas.

En 2015, cuando tenía 47 años, fui a otro cardiólogo. Le pedí que no me dijera mi peso porque no quería saberlo. Me daba miedo saberlo, pero él insistió en decírmelo. Me dijo que era importante que lo supiera. En ese momento su conducta me enfadó, pero hoy le agradezco lo que hizo. Pesaba 120 kg (264 libras). Estaba gordo y tenía una panza muy grande. Mis pruebas cambiaron, pero preferí ignorarlas. El colesterol total estaba en el límite, el HDL estaba bajo, la glucemia por encima del límite y los triglicéridos cerca del límite. Me dijo que si continuaba así, tendría que recetarme estatinas. Me aconsejó que continuará tomando el medicamento para la presión arterial.

Mis aflicciones relacionadas con el peso estaban aumentando: fatiga, dificultades para atarme los cordones de mis zapatos, dificultad para respirar y para subir escaleras y andar rápido. También me dolía la rodilla izquierda en los días fríos y siempre que bajaba escaleras.

Viendo videos en YouTube, encontré una referencia al Dr. Souto. Busqué acerca de él en YouTube y vi una charla de 2013 que me cambió la vida. Visité su blog y empecé a leer y estudiar muchos artículos. Su inmenso material tiene varios enlaces a estudios científicos. Así que, siguiendo esos enlaces, descubrí otros varios sitios web brasileños como Paleodiário, Primal Brasil, Menos Rotulos, Resistência à Insulina, Código Emagrecer de Vez, Tribo Forte; además de otros sitios extranjeros como el de Andreas Eenfeldt, Chris Kresser, Jason Fung, Dr. Hyman, Marika Sboros, David Ludwig, Robert Lusting y Mark Sisson. También compré libros, como Cerebro de pan y Brain Maker, de David Perlmutter y Panza de trigo de William Davis. En YouTube empecé a seguir videos del Dr. Souto, Lara Nesteruk, Paty Ayres, Djulye Annie Marquato, Jason Fung, Andreas Eenfeldt y Nanda Müller. También empecé a escuchar podcasts de Tribo Forte con Rodrigo Polesso y el Dr. Souto, entre muchos otros.

El 6 de noviembre de 2015 cambié mis hábitos alimenticios después de estudiar mucho en sitios webs, videos y libros. Lo hice todo a mi propio riesgo. Empecé a bajar de peso rápidamente al principio ya que tenía mucho sobrepeso. El primer mes perdí casi 10 kg (22 libras). El ritmo de pérdida de peso fue disminuyendo gradualmente hasta llegar a una media de 1 kg (2 libras) por semana. Solía subirme a la báscula una vez a la semana, después de despertarme. Lo que es más increíble es que nuestra disposición aumenta cuando empieza a haber resultados.

La gente a mi alrededor se sorprendió al ver la pérdida de peso. Muchos de ellos temían que mis hábitos alimenticios pudieran dañarme, y empezaron a intentar controlar lo que comía. Estas personas son las que a menudo toman medicamentos, como si fuera la cosa más natural del mundo. Siempre que enfermaba, estaban deseosos de decirme que era por mi dieta.

De vez en cuando me estancaba, pero nunca me preocupé de ello porque gracias a todo lo que leí, sabía que llegaría a un punto en el que bajaría de peso de nuevo. Para afrontar los estancamientos ocasionales, experimenté haciendo algunos ayunos intermitentes: al principio de 16 horas una vez a la semana. Me sentí bien, y después de un tiempo empecé a hacer ayunos de 24 horas, siempre sintiéndome bien y con un estado de ánimo excelente.

Debo decir, que aunque estaba comprometido con mi nueva forma de comer, a veces no pude resistir algunas tentaciones y comí algunas cosas que no eran parte de mi dieta normal. Afortunadamente no me preocupó porque ocurría de forma muy esporádica.

A menudo tuve que cambiar la ropa por tallas más pequeñas porque seguía bajando de peso. Hoy estoy muy feliz: después de un año, he perdido 40 kg (88 lbs), la ropa es de talla media y los pantalones talla 42 (¡eran talla 52 cuando empecé la nueva dieta!). Cuando me miro al espejo, veo a alguien que no vi durante 30 años. Es un poco extraño.

Conseguí mi primer objetivo, que era perder peso. Mi salud es mucho mejor ahora: el colesterol, glucosa y triglicéridos están en niveles normales. Fui a un doctor que no me había visto durante un tiempo y me dijo que ya no necesitaba tomar la medicación para la hipertensión. Ya había dejado de tomarla al principio de mi nueva dieta, bajo mi propio riesgo. Fue una decisión personal.

Mucha gente me preguntó si volvería a comer “normal” de nuevo para poder socializar “adecuadamente” (no creo que esto interfiera) y comer cosas agradables. Mi respuesta es siempre la misma: estoy feliz así, mi pérdida de peso es el resultado del cuerpo encontrando el equilibro después de empezar a nutrirse de verdad, y seguiré con esta dieta sana mientras viva.

Mi siguiente objetivo es ganar masa magra. No tengo prisa, lo importante es mantenerse centrado. Ya no tengo hambre todo el tiempo, no tomo medicamentos y estoy tan radiante que tengo la intención de estudiar más acerca de este estilo de vida, como entusiasta de la salud real; y por eso, les doy las gracias a todos: Dr. Andreas Eenfeldt, Regianny Floriano, Dr. José Carlos Stumpf Souto, Paty Ayres, Rodrigo Polesso, Hilton Souza, José Netto, Vinícius Possebon, Lara Nesteruk, Nanda Müller, José Carlos Peixoto, José Roberto Kater y Lissandra Bischoff. ¡Todos hacen un maravilloso trabajo difundiendo lo que la ciencia real es, y me han ayudado muchísimo!

¡Muchísimas gracias!

Saludos cordiales,
André

Comentarios

¡Felicitaciones, André! Gracias por compartir tu historia.

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