La doctora me preguntó: “¿Qué has hecho?”

Otra historia más de una persona con diabetes de tipo 2 que ha probado una dieta cetogénica:

En una cita con mi doctora (revisión de diabetes), después de seguir una dieta cetogénica durante un año:

Lo primero que me preguntó fue: “¿Qué hiciste?”. Con una gran sonrisa.
“Empecé a seguir una dieta baja en carbohidratos”, le dije.
“¡Sabía que tenía que ser algo así!”, me respondió.

Todas las cifras están bien. La glucemia es normal, el colesterol está bien, el conteo sanguíneo… todo lo que se puede medir es excelente (hace un año todo estaba mal). También he perdido casi 13 cm (5 pulgadas) de cintura y he bajado más de 13 kilos (30 libras). Además, he ganado masa muscular, por lo que la pérdida de grasa es probablemente considerable.

Asimismo, he dejado de tomar algunos medicamentos antidiabéticos (ya no los necesito) y ahora solo tomo la mitad de la única medicación antidiabética que aún tomo a diario. No necesito más cuando sigo una dieta baja en carbohidratos.

Luego viene la parte graciosa (o la parte no tan graciosa). Ella me dijo que muchos de sus pacientes se han pasado a una dieta baja en carbohidratos por su cuenta. Y todos pierden peso, todos mejoran sus marcadores de salud, su salud mejora y se sienten mucho mejor.

“¿¡No es increíble!?”, dijo, y agregó: “Y no puedo recomendarla a mis pacientes porque debemos seguir las pautas oficiales. Toda la sociedad está envenenada con azúcar”.

¡Felicitaciones!

La idea de que el médico no tiene permitido recomendar una dieta baja en carbohidratos es una leyenda urbana frecuente que se propaga por ignorancia. Como médico en Suecia puedes sin duda recomendar una dieta baja en carbohidratos. La he recomendado para los pacientes adecuados más o menos a diario durante los últimos seis años, con resultados similares a este.

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